LA ALHAMBRA
Ubicación: La
Alhambra se encuentra situada en el sureste de España, a los pies de las
montañas de Sierra Nevada, dominando la ciudad de Granada. La Alhambra se
encuentra a tan solo 2,5 km del centro de Granada, a 258 km de Sevilla y a 429
km de Madrid. Las formas de acceso son posibles a través de automóvil o
autobús, o bien combinando la opción del tren o el avión.
Historia: De
estilo árabe, el Castillo de La Alhambra se erige durante el siglo XI, pero no
es hasta el siglo XIII cuando adquiere su fisonomía actual. El rey nazarí
Mohamed I (1.238 – 1.273) fija su residencia real allí y da inicio al periodo
de esplendor del alcázar granadino. Las primeras estructuras que se levantan en
torno a la vieja alcazaba son la Torre de la Vela y la del homenaje.
Posteriormente, se agregan otros edificios como almacenes, mezquitas, etc. Es
durante los mandatos de Yusuf I y Mohamed V cuando el recinto se amplía con los
palacios suntuosamente decorados, que han dado fama internacional al conjunto.
Destacan el Palacio de Comares, el de los leones y el Generalife. En la
decoración destacan los elementos caligráficos que cubren gran parte del espacio
que en muchos casos son frases sueltas, aunque también incluyen poemas de, al
menos, tres grandes poetas de la corte. Tras la conquista de la ciudad en
1.492, los Reyes Católicos emprenden reformas, mientras que Carlos V manda
construir un palacio renacentista. Ya en el siglo XIX, las tropas napoleónicas
vuelan una parte de la alcazaba. Posteriormente se emprende su restauración y
protección como Monumento Nacional de España, declarado así en 1.870.
Descripción: La
visita a La Alhambra es toda una experiencia en sí misma. No en vano es uno de
los monumentos más visitados de la Península. Desde el momento en el que
entramos, nos invade una sensación del papel que jugó en la Historia, que representa el lugar y que nos
acompaña durante todo el recorrido. La acogedora sensación que nos transmite,
nos hace transportar a la época en que tuvo vida en su interior, al momento en
el que la Historia se daba forma en sus estancias. Hay lugares que ven pasar la
Historia por delante de ellos, y otros que son Historia en sí mismos. La
Alhambra es un ejemplo de ello. El último reducto árabe de la Península
Ibérica, los Reyes Católicos quedaron maravillados al entrar al Palacio Nazarí,
el mismísimo emperador Carlos V quedó profundamente impresionado y residió
varios meses en La Alhambra. Si hay algo que nos llama la atención cuando
paseamos por su interior, además de la belleza de sus elementos
arquitectónicos, es como la combinación de la luz y el agua inciden sobre
dichos elementos. La luz juega un papel crucial al hacer que la ornamentación
cambie según la iluminación que recibe la cuidada selección de materiales. Por
otro lado el agua funciona como elemento relajante y a la vez espejo que
refleja las estructuras y las convierte en ampliaciones de sus formas. Algo
excesivamente impresionante y llamativo que nos sorprende en nuestro paseo es el
control y dominio absoluto que del agua llegaron a realizar. Debemos pensar que
en el momento de construcción del conjunto arquitectónico no existían los
elementos que poseemos hoy en día que nos permiten controlar y canalizar el
agua como queramos, y sin embargo, la capacidad desarrollada en aquel momento para
gestionar el uso del agua fue admirable.
Curiosidades: Es uno
de los lugares más visitados de España, y está considerado junto con el
Generalife y el Albaicín Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1.984.
Su nombre procede del color de sus muros, que fueron fabricados con la propia
arcilla que procedía de ese mismo terreno, lo que justifica el marcado color
rojizo.
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