MONT SAINT MICHEL


Ubicación: El Mont Saint Michel se encuentra ubicado al Noroeste de Francia en la Baja Normandía, muy cerca de Bretaña, en una amplia bahía en la costa atlántica de Normandía y posee el más espectacular movimiento de mareas de Europa, ya que dos veces al día más de 100 millones de m3 de agua de mar afluyen a ella para retirarse de nuevo. Víctor Hugo, utilizando una pequeña licencia poética, comparó la velocidad de las aguas con la de un caballo de carreras al galope. Con la marea alta, el mar suele avanzar a velocidades de 0,9 m/s, alcanzando profundidades de hasta 15 m. La marea baja sufre un proceso bastante más lento, y las aguas se retiran hasta 18 km. La marea deja tras ella amplias cantidades de sedimento, elevando el lecho marino hasta 3 mm anuales. El Mont Saint Michel se encuentra situado sobre una isla rocosa situada muy cerca de la costa, unida a tierra firme por un paso elevado. Se encuentra a una distancia de unos 67 km hasta Rennes y 129 km hasta Caen, y consta de una población de unas 36 personas. El acceso es posible a través de automóvil y autobús, o bien utilizando una combinación de tren y autobús.

Historia: Los orígenes de la Abadía se remontan a los siglos VIII o IX. En el año 709 se construye una Iglesia por parte del Obispo de Avranches, Saint Aubert, al que según cuenta la leyenda se le apareció el Arcángel San Miguel hasta en tres ocasiones, instándole a la construcción de un Santuario en su nombre. Con el paso del tiempo, la popularidad del lugar va creciendo y se va ampliando con objeto de albergar a los peregrinos que se acercan hasta el lugar. Durante el reinado de Carlomagno la Abadía goza de una era de estabilidad, que en los años venideros vería truncada debido al ataque desarrollado por caballeros bretones que en el año 1.204 incendiaron el Mont Saint Michel. Posteriormente el monasterio volvió a ser reconstruido y en al año 1.228 fue concluida una nueva abadía en estilo normando. En el siglo XIII, debido a las guerras entre bretones, normandos e ingleses, se fortifica el enclave para quedar protegido de posibles ataques militares. Posteriormente, con la Revolución Francesa, desde el año 1.793 se convierte en una prisión que perdura hasta el año 1.863 en respuesta a unas denuncias originadas por un sector destacado de la población, entre los que se incluía Víctor Hugo. Ya en el siglo XIX, varios pintores y escritores románticos se desplazan al lugar con motivo de sus cualidades pintorescas y su encanto único, como Guy de Maupassant, de forma que a finales de siglo se llegan a establecer varios hoteles en el Mont Saint Michel. En la segunda mitad del siglo XX se convierte en un lugar de visita a nivel mundial, lo que hizo convertir a la pequeña ciudad normanda en uno de los primeros destinos turísticos de Francia.

Descripción: Siempre hay un lugar que, incluso sin poder recordar desde hace cuánto tiempo, para uno tiene una relevancia especial. En mi caso, mucho antes de que comenzara mi andadura por el mundo, siempre había tenido una predilección especial por el encantador Mont Saint Michel, quizás por su peculiar ubicación en una bahía tan singular como esta, quizás por su silueta en medio de la plenitud de un horizonte, o quizás simplemente porque posee una belleza en cada uno de sus rincones que atrae sin más, en cualquier caso, en el momento que tuve ocasión, no tuve ni qué dudarlo y me lancé a su encuentro. Nada más acercarnos por carretera podemos disfrutar a lo lejos de su sobria imagen que destaca sobre la llanura del paisaje, y que tal y como nos vamos acercando va cobrando aún más destacada relevancia. Al atravesar sus muros comienza un cautivador ascenso por sus callejuelas repletas de edificios por los que parece no haber pasado el tiempo, y que te hacen trasladar a una época pasada impregnándote de tal ambiente que transmiten. Todo el camino va dirigido para alcanzar el acceso hasta las puertas de la Abadía consagrada al culto del Arcángel San Miguel. Por el camino de ascenso podremos ir disfrutando de múltiples paradas para disfrutar del inmenso paisaje que nos rodea, o bien de la belleza arquitectónica de los edificios que nos envuelven. El interior de la Abadía benedictina no defrauda después de todo lo que hemos dejado atrás, y vuelve a sorprendernos con su maravillosa e imponente arquitectura de la época medieval, religiosa y militar a la vez, haciendo del complejo, la apuesta idónea para disfrutar de arquitectura y naturaleza en el mismo lugar.

Curiosidades: Además de ser declarado monumento histórico en 1.111, el Mont Saint Michel y su bahía están incluidos en el listado de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1.979, pero además, por segunda vez, en 1.998 la Unesco lo integró en la categoría “Caminos de Santiago de Compostela en Francia”, reconociendo su importancia para los grandes itinerarios del Occidente cristiano como etapa y destino de peregrinos. Por otra parte, también posee el distintivo de “Grand Site de France” (Gran Sitio de Francia). Como hecho destacable, una estatua del Arcángel San Miguel se encuentra ubicada en la cima del edificio de la Abadía a 170 m sobre el nivel de mar.

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