ESTAMBUL


Ubicación: Cuando nos referimos a esta ciudad, todo lo que le rodea posee un halo mágico y especial, desde su ubicación, pasando por su excepcional historia, hasta todo lo que de forma sin límites podamos describir de ella. Dado que podríamos dilatarnos en un desarrollo sin fin, para intentar concretar y no extenderme en exceso, procuraré sintetizar la información para que recoja lo esencial, por lo que sin más preámbulos, comencemos. La ciudad de Estambul se encuentra ubicada al Oeste de Turquía, a lo largo del Estrecho del Bósforo, y como hecho destacado, podemos mencionar que es la única ciudad del mundo que se encuentra ubicada entre dos continentes, teniendo presencia tanto en Europa como en Asia. De igual forma, se encuentra también situada entre dos mares, el Mar de Mármara y el Mar Negro, aunque tan solo es el primero el que podríamos decir que baña sus orillas. Mención especial merece el Cuerno de Oro, que es un estuario con forma de cuerno que desemboca en el Bósforo y que divide la parte europea en la ciudad vieja y la parte de Gálata y que es considerado como uno de los mejores puertos naturales del mundo. La inmensidad de la ciudad es indescriptible, y sólo nos podemos hacer una idea cuando comprendemos que sólo la ciudad posee alrededor de 15 millones de habitantes, de los cuales dos tercios viven en la parte europea. El acceso a la misma es posible a través de coche, autobús, tren, barco o avión.

Photo by Juanjo Dalama
Historia: Estambul es una de las ciudades que posee mayor historia del mundo, y de la que quizás más se haya contado en libros, documentales y películas. El origen de esta relevante ciudad se remonta al año 667 a.C., cuando es fundada por colonos griegos y constituida con la denominación de Bizancio. Desde ese momento la ciudad de Bizancio pasó a estar controlada en varios momentos de su historia por persas, espartanos, atenienses y macedonios, estos últimos durante el reinado de Alejandro Magno, hasta que en el año 191 a.C. la ciudad pasó a ser aliada de Roma. El hecho de la destacada situación estratégica de Bizancio atrajo al emperador Constantino I el Grande, quien en el año 330 fundó de nuevo la ciudad bajo el nombre de Constantinopla, que convirtió en capital del Imperio Romano. Posteriormente, tras la división del Imperio en el año 395, se convirtió en la capital del Imperio Romano de Oriente, lo que conocemos como Imperio Bizantino. Dada su preciada posición estratégica, tuvo el control de la ruta entre Europa y Asia, al igual que el control del paso del Mar Mediterráneo al Mar Negro. De esta forma, mientras que el Imperio Romano de Occidente perdía su hegemonía, Constantinopla pasó a convertirse en la gran urbe europea medieval. Esta supremacía fue decayendo lentamente con motivo de las cruzadas, la división del Imperio y la amenaza turca, hasta que en el año 1453 la ciudad cayó finalmente bajo dominio turco acabando así con el Imperio Bizantino, siendo Constantino XI el último emperador de dicho Imperio, que murió defendiendo la ciudad. La caída de la ciudad de Constantinopla se considera como el final de la Edad Media. Desde este momento, la ciudad pasó a formar parte del Imperio Otomano, convirtiéndose en su capital, y cambió su denominación por la de Istanbul. Pero no fue solo ese el cambio que implicó la conquista de la ciudad por parte del Imperio Otomano, ya que el cambio crucial vino motivado por un cambio cultural completo, pasando de ser una ciudad bizantina y cristiano ortodoxa, a otra otomana e islámica. Esto llevó a que en la ciudad se construyeran varias mezquitas, y en otros casos, que muchas de las iglesias existentes se convirtieran en mezquitas. El caso más destacado es el de la Basílica de Santa Sofía, que fue catedral ortodoxa bizantina desde el año 360 hasta el 1453, momento a partir del cual se convirtió en Mezquita. La ciudad formó parte del Imperio Otomano hasta que en el año 1923 fue establecida la República de Turquía. A partir del nacimiento de Turquía, Atatürk hizo trasladar la capital de la República de Istanbul a Ankara. Durante el siglo XX la ciudad experimentó un desorbitado aumento de la población con motivo de la emigración a dicha localidad en búsqueda de empleo en alguna de las múltiples fábricas de la ciudad, lo que la ha llevado a un aumento desmesurado de la misma.

Descripción: Cuando uno llega a Estambul hay una magia que te invade. Por un lado el suelo que pisamos ha sido testigo de una Historia llena de contenido de relevante importancia, y por otro lado, la ciudad en sí misma te atrapa y consigue alcanzarte e impregnarte de múltiples sensaciones. A pesar de que habitualmente en mis aportaciones suelo hablar de lo que transmite el lugar sin valorar en detalle mi experiencia personal, en esta ocasión me voy a tomar el privilegio de hacerlo para intentar transmitiros esa percepción. En mi caso, la llegada a Estambul fue al abrigo de la noche, poco antes del amanecer. Era la primera vez que tocaba suelo turco y me encontraba deseoso de disfrutar de todas las maravillas que la cultura de esta ciudad milenaria me podía otorgar. Después de abandonar el aeropuerto y en dirección al Hotel, desde el vehículo en el que me encontraba se comenzó a vislumbrar a lo lejos los primeros reflejos de luz que tímidamente comenzaban a asomar por el Horizonte. En ese momento el vehículo ya había comenzado a adentrarse en la ciudad y sobre ese discreto rojo-anaranjado que iluminaba tibiamente a lo lejos, tan solo se dibujaban las siluetas de varios alminares que se elevaban con sobriedad y acompañaban la forma arqueada de las cúpulas que se podían percibir en el horizonte. A su vez, y de forma casi mágica como casi todo lo que acompaña a esta ciudad, en ese preciso instante comenzó la llamada a la oración que podíamos oír con soltura desde cualquier punto del lugar, y que hacía aún más sobrecogedor ese instante ya de por sí mágico. Como digo, todo lo que nos acerque a esta encantadora ciudad tiene la capacidad de transmitirnos decenas de sensaciones independientemente del lugar o momento elegido. El hecho de pasear por sus calles llenas de historia o acercarnos a sus impresionantes monumentos, ya es en sí motivo de disfrute de esta emblemática ciudad. Podemos perdernos sin prisas por el inmenso y laberíntico Gran Bazar, disfrutar de los aromas en el Bazar de las Especias, admirar la imponente Basílica de Santa Sofía, joya del arte bizantino y obra adelantada a su tiempo con su imponente cúpula, contemplar a pocos metros de ella la majestuosidad de la Mezquita Azul, única mezquita en toda la ciudad con seis alminares. Podemos adentrarnos en la serenidad de la Cisterna Basílica, también conocida como Palacio Sumergido, o simplemente dejarnos llevar con una placentera navegación por el Bósforo. Muchas más son las opciones y atractivos turísticos que nos ofrece esta ciudad, pero esas las dejaré para que sean descubiertas por tu paseo por ella…

Curiosidades: La denominación que recibe el estuario como el Cuerno de Oro se debe a la leyenda que le atribuye su nombre a la cantidad de objetos de valor que los bizantinos sumergieron en sus aguas durante la conquista otomana. Las zonas históricas de Estambul fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1985, debido a sus restos históricos e importantes monumentos. La Basílica de Santa Sofía es la joya del arte bizantino y una obra adelantada a su tiempo, que con su imponente cúpula de más de 30 m de diámetro construida a una altura de más de 50 m en el año 360, se encuentra apoyada únicamente por cuatro arcos sostenidos a su vez por cuatro pilares dándonos la sensación de estar suspendida del cielo. En el momento de la construcción de la Mezquita Azul con sus seis alminares, se originó gran polémica debido a que La Meca también tenía seis, motivo por el que para apaciguar a los fieles, se construyó en La Meca un séptimo alminar y así diferenciarla. De las 336 columnas que posee la Cisterna Basílica, hay dos que su base consiste en una cabeza de Medusa orientadas hacia los lados y boca abajo, con la intención, según la leyenda, de anular los poderes de la mirada del despiadado monstruo que convertía en piedra a quien osaba mirarla. Dos únicos puentes unen ambos continentes, de más de 1 km de longitud cada uno, mediando una distancia entre uno y otro de unos 5 km. Estambul es la ciudad más poblada de Europa, compuesta por una población mayoritariamente de religión musulmana, con minorías de cristianos y judíos, y a pesar de la percepción que podamos tener, Turquía tradicionalmente ha venido siendo un país laico donde la entrada con velo islámico a los espacios públicos estaba prohibida.

Photo by Juanjo Dalama

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